Grupo - 402
Identificación de la evolución en las sociedades.
2.1 Sitúa hechos históricos de diferentes culturas a partir de los fenómenos sociales, políticos y económicos
Análisis de los fenómenos del ciclo de las culturas.
Roma.

En la historia
romana se distinguen tres periodos principales: la monarquía, la república y el
imperio. Los dos últimos se han subdividido y la cronología se ha establecido,
ya sea según la tradición o con fechas propuestas posteriormente. Como sucede
frecuentemente en la historiografía, las fechas de la historia romana son
cortes en gran medida arbitrarios pero necesarios para estudiar los procesos.
Por lo anterior es La monarquía romana
La península
itálica fue poblada a partir de una serie de oleadas migratorias que se
realizaron en distintos tiempos y que tuvieron diferente origen, algunos
resultan conocidos como el de los griegos (procedentes de la Hélade), o el de
los pueblos italiotas (indoeuropeos), pero otros son de origen desconocido,
como los etruscos.
El
origen del pueblo romano es un tema polémico, ya que hay distintas versiones
pues los escritores antiguos mezclaron los hechos históricos con mitos y
leyendas, en tanto que a partir de la arqueología se han construido otras
explicaciones. La versión tradicional, recogida por el poeta Virgilio en la Eneida,
señala que al terminar la guerra de Troya, el héroe Eneas (hijo de Venus),
salió huyendo y después de pasar por diversos lugares llegó al Lacio. Ahí se
unió con la hija del rey Latino y gobernó en una nueva ciudad, Lavinia. Entre
sus sucesores hubo dos hermanos, Rómulo y Remo, quienes de pequeños habían sido
arrojados al río Tíber por un tío que usurpó el trono, y que habían sobrevivido
al ser amamantados por una loba y posteriormente recogidos por un pastor y su
esposa. Al crecer, los jóvenes se dieron cuenta de su noble origen, recuperaron
el trono que les correspondía y decidieron fundar una nueva ciudad. Pero surgió
entre ellos la rivalidad y Rómulo mató a Remo, convirtiéndose en rey de la
nueva ciudad, que en adelante sería conocida como Roma. Versiones antiguas se
referían a la Roma cuadrada, como el núcleo más antiguo de población, en el
monte Palatino, y otra posterior se refería a la “ciudad de las siete colinas”.
La arqueología, en
cambio, señala que la ciudad tuvo un proceso de formación paulatino. Todo
indica que los núcleos de población más antiguos, con una cultura neolítica, se
asentaron en el monte Palatino y gradualmente se poblaron las colinas cercanas.
En el siglo VIII a.n.e. Roma no existía como ciudad, sino que había una serie
de aldeas con habitantes de origen sabino y latino. Por estos tiempos llegaron
a la zona los etruscos, quienes habitaban en el norte de la península. Los
etruscos, organizados en una confederación de reinos, extendieron su dominio
hacia el sur, al Lacio y a la Campania, de modo que la población de la zona que
se convirtió en Roma fue conquistada. Los pueblos que participaron en la
formación de Roma fueron los etruscos, los latinos y los sabinos. Curiosamente,
los romanos nunca admitieron el dominio que los etruscos ejercieron en Roma
durante un tiempo.
Del primer periodo
de la historia romana se conservaron los nombres de siete reyes: Rómulo, Numa
Pompilio, Tulo Hostilio, Anco Marcio, Tarquino Prisco, Servio Tulio y Tarquino
el Soberbio. Las noticias sobre los primeros cuatro son inciertas y a los tres
últimos se les ha identificado como etruscos. Durante la monarquía, Roma se convirtió
en un Estado gobernado por un rex con poderes centralizados (semejante al de
los reyes etruscos). A su lado, había un senado, consejo compuesto por los patres,
jefes de las familias patricias o nobles. En la medida en que el poder real se
consolidó, el senado quedó subordinado; también se organizó un ejército
dividido en centurias y se establecieron los colegios sacerdotales, los
principales ritos públicos (de carácter etrusco, como los augurios), un
calendario y se construyeron templos bajo los cánones etruscos. Las versiones
tradicionales hablan de una política que admitía extranjeros (peregrini),
que pobló la zona y favoreció el poder de los etruscos. Asimismo, se
construyeron obras comunales como la Cloaca Máxima (aún existente), murallas y
fosos. Las crónicas se refieren a las guerras que los romanos sostuvieron con
otros pueblos y en la mayoría de los casos se registran victorias romanas. Sin
embargo, no hay que olvidar que era una etapa de expansión etrusca y que por lo
menos durante un tiempo dominó Roma.
La sociedad romana
del periodo monárquico estaba estructurada, a semejanza de los etruscos y los
griegos, en torno a la gens o grupo familiar amplio, sólo que unas cuantas
familias de patricios eran poseedoras de las mejores tierras y frente a ellos,
los demás, los plebeyos, estaban subordinados. La gens romana durante la
monarquía tenía un jefe, el pater, quien tenía la autoridad absoluta
sobre cualquiera de sus miembros. Las familias patricias podían adoptar
extranjeros, que quedaban en calidad de clientes y tomaban el nombre familiar.
La agricultura era la base de la economía, pero bajo los auspicios de los
etruscos se desarrollaron la artesanía y el comercio.
El final de la
monarquía tiene una historia legendaria como la de su origen. En este caso se
trata de una violación que el hijo del rey Tarquino el Soberbio cometió
supuestamente en la persona de Lucrecia, esposa de un noble y mujer reconocida
por su virtud. Según la tradición, la familia de Lucrecia y sus amigos más
cercanos vengaron a la joven, que se había suicidado por la vergüenza,
levantando al pueblo en contra del rey y su familia. Con estos hechos
concluiría la monarquía y se iniciaría la república. Sin embargo, más allá de
esta tradición se sabe que efectivamente los tarquinos fueron expulsados de
Roma y que intentaron infructuosamente recuperar el poder. Las fuentes romanas
no son muy claras, pero todo indica que se dio un proceso de transición entre
las instituciones monárquicas y las republicanas.
La república romana
Cuando concluyó la monarquía se
inició un periodo de transición económica, social y política.
Ante la supresión del poder del
rey, el senado se fortaleció y paulatinamente se formaron magistraturas. A esta
primera etapa se le denomina república aristocrática y se caracteriza por la
lucha entre patricios y plebeyos; los primeros buscaban mantener su poder y
privilegios; los segundos lucharon por lograr derechos como la igualdad
jurídica y la participación política.
La república
romana se constituyó a través de un proceso complejo. Sus elementos
constitutivos fueron: la ciudadanía, los comicios, el senado y los magistrados.
El ciudadano, como en el caso de Grecia, era el varón en edad de cumplir el
servicio militar, libre y sin delitos, y que podía participar en los comicios,
en el senado y en las magistraturas. En los primeros tiempos esta situación
estuvo limitada a los patricios, pero los plebeyos mediante la presión lograron
la aprobación de leyes que les dieron derechos de participación. Las
condiciones para ser ciudadano no se aplicaban a las mujeres ni a los esclavos
y, por lo tanto, al igual que en Grecia, quedaron excluidos.
Los comicios o
asambleas donde se tomaban decisiones a través del voto, tuvieron un proceso de
cambio. Al parecer existieron desde la monarquía pero su función era marginal y
limitada a asuntos militares, además de tener una estructura gentilicia. En la
república se les dio una organización militar (por centurias) y con el tiempo
se estableció una división territorial (por tribus), que fue la más
desarrollada. En los comicios tribales se decidía la guerra y la paz, se elegía
a la mayoría de los magistrados y se ratificaban las leyes. Durante los
conflictos entre patricios y plebeyos, la asamblea plebeya o concilia plebis
se convirtió en un vehículo de lucha por parte de los plebeyos a través de
su representante, el tribuno de la plebe.
El senado
sobrevivió a los cambios, pero se transformó. En la república aristocrática el
senado estuvo compuesto por patricios y representaba los intereses de este
sector. Pero cuando los plebeyos ganaron presencia política, también pudieron
acceder al senado, siempre y cuando fuera probada su capacidad militar y
política. A su lado gobernaban una serie de magistrados: los cónsules
(presidían los comicios y tenían el mando del ejército), el dictador (nombrado
en situaciones extraordinarias para salvar a la patria), los pretores
(convocaban a la guerra y hacían detenciones), los censores (elaboraban el
censo de ciudadanos y vigilaban las costumbres), los cuestores (con funciones
de tesoreros), los ediles (a cargo de las obras públicas), además de los que se
vinculaban con los cultos y las creencias, como los pontífices y augures.
Durante la larga
época republicana, la situación de Roma con respecto al exterior tuvo cambios
radicales. En los primeros tiempos republicanos la ciudad fue atacada por los
pueblos vecinos de las montañas por su debilidad. Y, en el año 390 a.n.e.,
sufrió una invasión de los galos, que llegaron por el norte. Roma fue saqueada
e incendiada. Después de esta experiencia se operaron una serie de reformas en
el ejército romano, entre las que destacan la asignación de sueldo a los
soldados, la organización de los campamentos militares, la división del
ejército en dos legiones, el mejoramiento del armamento y el ordenamiento de
tres líneas de combate, que se colocaban de acuerdo con la experiencia.
En los siguientes
siglos Roma se enfrentó a una serie de guerras, de las cuales se pueden
distinguir dos etapas. En la primera, conquistó gradualmente a sus vecinos de
la península itálica (guerras samnitas y guerra contra los griegos del sur de
Italia) y, al ocupar una posición preponderante formó una confederación latina
en la que los pueblos vencidos fueron incorporados en calidad de socii o
aliados, con la obligación de apoyar a Roma en sus guerras..
En la segunda
etapa, Roma se expandió hacia el mar. Pero antes hubo de enfrentarse con
Cartago, pueblo de origen fenicio, que era la principal potencia marítima y
comercial en el Mediterráneo occidental ubicado en el norte de África (en el
actual Túnez). Durante las Guerras púnicas (la primera, de 264 a 241; la
segunda, de 218 a 201 a.n.e.), Roma formó una flota, anuló el poder de Cartago
y comenzó la conquista del Mediterráneo. A la vez, ocupó Hispania y en seguida
los romanos dirigieron sus intereses hacia el oriente, al mundo helenístico,
donde penetraron interviniendo en sus asuntos internos y bajo el principio de:
¡Divide y vencerás! Al iniciarse el último tercio del siglo II a.n.e., los
griegos habían sido incorporados a Roma. En esta nueva fase los pueblos
conquistados fueron asimilados ya no como aliados, sino como provincias,
Funcionarios romanos fueron enviados a las provincias para gobernar,
encabezados por un procónsul, pero que dependían de las decisiones que se
tomaban en Roma. Con los funcionarios llegaron también soldados que se
convirtieron en colonos.
Al concluir la
conquista de Grecia se había formado un vasto imperio. Sin embargo, al mismo
tiempo se inició un proceso de crisis de la república, debido a factores como
el desarrollo del latifundio, la concentración masiva de esclavos, la lucha por
el poder entre el orden senatorial y el orden ecuestre, el crecimiento de la
población proletaria que, ante sus carencias económicas era fácilmente
corruptible. La estructura política de la república en estas condiciones
resultaba insuficiente ante el inmenso territorio que se debía administrar.
Entre las
manifestaciones de la crisis republicana, conocida también como revolución
romana, destacan las guerras contra los socii, quienes buscaban compartir los
derechos de ciudadanía con los romanos y llegaron a rebelarse (91-89 a.n.e.) y
a instaurar dos federaciones en la península itálica, cada una con su propio
gobierno.
Una tercera
manifestación de la crisis republicana fueron las guerras civiles a través de
dos partidos, el de los optimates, que representaba los intereses del orden
senatorial (latifundistas) y el partido de los populares, dirigido por el orden
ecuestre (grandes comerciantes y artesanos) y que también aglutinaba a los
pequeños campesinos y al proletariado. Pero la oposición hizo fracasar las
reformas y los demagogos utilizaron el “pan y circo” para atraer votos. En otro
momento hubo dictadores como Sila (82-79 a.n.e.), que concentraron el poder
personal y lo usaron para perseguir, desterrar, confiscar o mandar asesinar a
los opositores. Posteriormente destaca la alianza que hicieron Pompeyo, Craso y
Julio César (miembro de una de las familias más antiguas de Roma) en el primer
triunvirato, por medio del cual se repartieron el poder y la administración de
los territorios. Ésta fue la época en que Julio César conquistó las Galias.
Pero al morir Craso se entabló una lucha entre Pompeyo y César, de la cual
salió victorioso César (lo persiguió hasta Egipto, en donde Pompeyo murió y
César conoció a Cleopatra) sólo que al poco tiempo fue asesinado (44 a.n.e.).
Con Julio César la
República llegaba a su fin y la concentración del poder personal preparó el
camino para la formación de una nueva monarquía. Sin embargo, César nunca se
atrevió a coronarse.
La República
romana concluyó tras la lucha civil entre Octavio, sobrino y heredero de César,
y Antonio, lugarteniente de César. Aliados en un principio, junto con Lépido
(segundo triunvirato) para perseguir a los asesinos de César, posteriormente
entraron en conflicto por el poder. Antonio se unió con Cleopatra y Octavio
utilizó esto para desprestigiarlo ante el pueblo. Como es sabido, Antonio y
Cleopatra murieron y Octavio se quedó en el poder dando inicio a la etapa del
Imperio.
Con respecto a la
cultura romana, antes del siglo III a.n.e. la información es escasa, aunque se
tienen noticias de un arte popular oral bajo la influencia itálica y etrusca.
Un ejemplo son los fescenninos, cantos satíricos en verso que se acompañaban
con danzas y se realizaban durante las cosechas. Los romanos heredaron las
actividades adivinatorias de los etruscos y, como se ha dicho, los augures eran
funcionarios que se encargaban de dicha actividad.
Con la conquista
del mundo helenístico los romanos cayeron bajo el influjo de la cultura griega.
Las familias nobles comenzaron a enviar a sus hijos a estudiar a Grecia y
muchos aprendieron la lengua griega y leyeron a los autores clásicos. También
se tradujeron al latín a Homero y a los poetas trágicos, y en Roma surgieron
los primeros autores de tragedia (Nevio y Ennio) y comedia (Plauto y Terencio).
Asimismo, los romanos estudiaron la filosofía griega y tomaron ideas del
neoplatonismo, el estoicismo y el epicureísmo. Así surgieron autores eclécticos
como Cicerón (Tratado de las leyes, La república, De la naturaleza de los
dioses) Hasta en la religión, los romanos identificaron a los principales
dioses griegos con sus propios dioses.
En
la arquitectura y las artes plásticas se aprecia tanto la influencia etrusca
como la griega. Para sus construcciones utilizaron las columnas griegas
clásicas, pero con variantes; el toscano (utilizado por los etruscos) era una
variante del dórico y el orden compuesto era una combinación del jónico y el
corintio. De los etruscos también aprendieron a emplear en sus construcciones
el arco, la bóveda y la cúpula. En la escultura desarrollaron el relieve y el
retrato; este último con un tratamiento realista, a partir de las tradiciones
etruscas.
El principado
La formación del
poder personal con el apoyo de los ejércitos en la etapa de la crisis
republicana, dio origen a una forma de gobierno distinta, el principado, que se
convirtió en una monarquía.
Octavio, el
heredero de Julio César, una vez que triunfó sobre sus adversarios (31 a.n.e.),
gobernó como César (nombre que se convirtió en título), como princeps
senatus (es decir, primer senador), como imperator (con el mando
sobre las tropas) y comenzó a ser llamado Augusto. sentó las bases de un
gobierno monárquico y con ese criterio estableció una serie de reformas. Además
marginó a los libertos, .Con el fin de restaurar antiguas costumbres, instituyó
leyes para castigar el adulterio y propiciar los casamientos. En su política
exterior, Octavio Augusto no prosiguió las grandes guerras de conquista del
periodo anterior, sino que sus enfrentamientos con otros pueblos tuvieron el
propósito de consolidar conquistas y fronteras
Durante el periodo
en que gobernó Octavio Augusto se dio un gran desarrollo cultural. el centro
del imperio, recibía cuantiosos recursos económicos. El arquitecto Vitruvio
estableció los principios fundamentales para la construcción de edificios y en
sus descripciones incluyó las enseñanzas de los griegos. A este periodo se le
ha denominado la Edad de Oro de la literatura latina, debido al desarrollo
alcanzado. Desde el poder y la riqueza surgieron dos círculos de poetas, que
eran apoyados por hombres ricos o influyentes: Mecenas y Mesala. Destacaron
sobre todo Virgilio, que compuso una versión poética de los orígenes de Roma;
Horacio, que escribió odas, epístolas y sátiras (un género del todo latino); y
Ovidio, el poeta del amor.
Octavio Augusto
gobernó largamente hasta su muerte en el año 14 d.n.e. Sin embargo, desde
tiempo atrás le preocupó la sucesión, por lo que en distintos momentos nombró a
diferentes herederos entre sus hijos y sus nietos. Pero todos murieron antes
que él y sólo quedó su hijastro Tiberio, hijo de su segunda esposa Livia.
Al morir Octavio
le sucedió Tiberio y con esto se inició el gobierno de las dinastías. Entre los
siglos I y III hubo cuatro dinastías: los Julio-Claudios (14-68), los Flavios
(69-96), los Antoninos (96-180 o 193) y los Severos (193-235).
Los Julio-Claudios
eran miembros de la familia formada por Octavio y Livia, por lo tanto parientes
entre sí, que crecieron en una época de prosperidad, gracias a las conquistas y
superados los conflictos de la última etapa republicana. El desequilibrio
psicológico se manifestó en los emperadores (hay que recordar los casos de
Calígula y Nerón). El último gobierno, el de Nerón, concluyó con un movimiento
de oposición de la nobleza, apoyado por gobernadores de algunas provincias al
que se agregaron soldados, y con una rebelión de grandes alcances, en Judea.
Después de una
breve crisis política caracterizada por la inestabilidad (en menos de dos años
hubo tres emperadores), el senado reconoció como emperador a Vespaciano, que
fundó la dinastía Flavia, en la que gobernaron por turno, el padre y sus dos
hijos. Con esta dinastía la monarquía dependió cada vez más del apoyo militar,
tanto de los pretorianos como de los soldados provinciales.
La dinastía de los
Antoninos se conformó por medio de un sistema de adopción para garantizar la
sucesión desde el poder.. Hubo periodos de guerra y de paz. El imperio llegó a
su máxima expansión (con Trajano), pero también surgieron nuevas rebeliones
(otra de judíos y una en Egipto) y comenzaron las incursiones de pueblos
germanos (con Marco Aurelio) ante la vulnerabilidad de las fronteras.
Durante el
principado continuó el desarrollo cultural iniciado en la época de Octavio
Augusto. Roma tuvo que ser reconstruida en su mayoría tras el incendio del año
64, que ha sido atribuido a Nerón; En esta época se construyó el anfiteatro
llamado Coliseo, en donde se llevaban a cabo los juegos gladiatorios. El Panteón,
que se había iniciado en la época de Octavio, se concluyó.. En la época de
Trajano se construyó un foro con mercado, templo, bibliotecas, una basílica y
la Columna Trajana, un monumento destinado a ser tumba, en cuyo fuste se
representó en relieve la guerra del emperador contra los dacios. El Arco de
Tito, puerta conmemorativa, ostenta en relieve el triunfo de los romanos
sobre los judíos tras la rebelión, concluida por el futuro emperador Tito.
La relación
emperador-provincias se expresó culturalmente en la romanización del imperio, a
través de la difusión de la cultura latina a lo largo y ancho y, a su vez, en
la influencia de las provincias hacia Roma.
En la literatura
latina figuran autores que van del discurso moral a la sátira, describiendo a
la sociedad de su época. Destacan Juvenal (el más mordaz), Petronio, autor de El
Satiricón, Marcial con sus epigramas satíricos y Séneca, que cultivó la
filosofía, el teatro y la ciencia. Plinio el Viejo se ocupó de asuntos
relacionados con la física, la astronomía, la botánica, la zoología, la
mineralogía y la medicina. Y Galeno escribió su famosa obra Arte médica,
que estableció las bases de la medicina en los siguientes siglos.
Entre el siglo I y
el II, la desesperanza del pueblo judío debido a la explotación de que era
objeto por los romanos y por su propia cúpula gobernante, tuvo diversas
respuestas. Una fue las rebeliones, otra la proliferación de sectas, como los
bautistas, los esenios y los cristianos. Estaba en gestación una nueva
religión.
Crisis del
Imperio romano
Cuando concluyó la
dinastía de los Antoninos, surgieron varios emperadores en distintas partes del
imperio, hasta que Septimio Severo restauró la unidad con apoyo del ejército e
inició el periodo de los Severos. El poder dependía del ejército, por lo que se
aumentaron sus salarios y les otorgaron recompensas.. Al final de esta época el
imperio era ingobernable, la piratería y el bandolerismo se extendieron y en
los siguientes cincuenta años (235-284) predominó la inestabilidad, con
reinados breves, constantes pronunciamientos y golpes de Estado. Era la crisis
del siglo III.
En la
historiografía han surgido polémicas con respecto a las causas de la crisis
generalizada del Imperio Romano. Se han señalado causas económicas, la falta de
gobernabilidad y corrupción, o las invasiones de tribus germánicas. En realidad
no existe una causa única, sino que hubo diversos factores que interactuaron.
En principio hay que revisar la situación de los latifundios, unidades
económicas básicas en el Imperio Romano, que hasta el siglo I a.n.e. eran
trabajados por esclavos, por aquel entonces sumamente baratos debido a su
afluencia por las guerras de conquista. Sin embargo, desde la época de Octavio
Augusto se frenaron las guerras expansivas, por lo menos con los alcances que
hasta entonces tuvieron y en adelante las conquistas no eran proporcionales con
los requerimientos de esclavos en los latifundios y en los talleres
artesanales. Al agotarse la principal fuente de esclavización, hubo una
disminución en la producción y, en consecuencia, un aumento de precios en los
artículos agrícolas y artesanales. La tradicional distribución de trigo por parte
del Estado se dificultó y se ensayaron otras soluciones como los alimenta que
mencionamos antes. Al extenderse la crisis hubo amenaza de hambre y apareció la
delincuencia.
Entre las
soluciones, cabe destacar el colonato, al principio aislado y después
extendido. Los latifundistas podían compensar la baja productividad si una
parte de la tierra la daban en arrendamiento, con lo cual la tierra seguía
produciendo y ellos obtenían una renta segura. Con el tiempo las ciudades se
volvieron inseguras y se produjeron migraciones al campo, que contribuyeron a
fortalecer el latifundio y a sus propietarios.
A lo
anterior hay que agregar el debilitamiento de la monarquía y su dependencia del
ejército. Ante esta situación la crisis económica limitó las posibilidades de
darles un buen salario y otras dádivas, por lo que las fronteras quedaron
inseguras y pudieron acceder por ellas pueblos bárbaros. El imperio hubo de
dividirse en la parte occidental; la oriental; de ellas, la última sobrevivió a
la crisis y al final del proceso se erigió en un imperio independiente, dando
origen al Imperio Bizantino.
La crisis del
Imperio propició la búsqueda de soluciones ideológicas de alivio. Entonces, se
propagaron distintas religiones que compitieron entre sí: el cristianismo, el
culto a la diosa egipcia Isis y al dios de origen persa Athis. El cristianismo,
con sus ideas de igualdad y salvación, se difundió primero entre los esclavos,
después entre las mujeres y finalmente entre diversos sectores sociales. Hay
una relación entre la crisis del Imperio Romano y la divulgación del
cristianismo, pero desde el poder se vio como una amenaza y se iniciaron las
persecuciones.
Después
de la crisis del siglo III el Imperio Romano tuvo que modificarse a tal grado,
que para muchos historiadores el imperio del siglo IV es ya otra entidad
política y económica.
Entrega el 29 de abril
Entrega el 29 de abril
Actividad Lectura de texto. Roma, (INITE, 2009).
• Instrucciones: Realizar una
línea del tiempo sobre la cultura romana, con los periodos considerados en el
cuadro de periodos cronológicos.
o Desarrollar la línea con la información necesaria que
especifique las características culturales de cada periodo histórico de Roma.
o Incluir en cada periodo el nombre de un personaje que
consideres relevante.
Actividad Lectura de texto. Roma, (INITE, 2009).
• Instrucciones: a partir de la
lectura redactar un documento en el que se especifique cuales fueron las causas
de la caída del imperio Romano.
Actividad. Collage.
• Instrucciones: a partir de
las lecturas de Grecia y Roma elabora un collage en una hoja tamaño carta con los elementos de las civilizaciones griega y romana.
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